El Consejo de Estado ordenó a la Dirección Ejecutiva Seccional de Administración Judicial de Ibagué permitir que un funcionario judicial pueda llevar a su lugar de trabajo a su mascota, debido a su diagnóstico médico de ansiedad y depresión.
El funcionario interpuso una tutela para que se le permitiera la compañía de su mascota, una perra Golden Retriever, como medida terapéutica para tratar su estado emocional ocasionado por su enfermedad mental. Así, el Consejo de Estado consideró viable ordenar que se permita el acompañamiento del animal de apoyo en las instalaciones judiciales.
La sala ordenó que el funcionario podrá llevar a su Golden Retriever, pero será responsable de mantener al día las vacunas y las condiciones sanitarias necesarias para tenerla en las instalaciones.
El fallo demuestra que las altas cortes deben tener en cuenta que las enfermedades mentales son comunes, reales y no deben ser estigmatizadas.
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